En 15 años (2000-2015) los Objetivos de Desarrollo del milenio (ODM) lograron importantes mejoras en la calidad de vida de millones de personas alrededor del mundo: hubo una reducción significativa de la pobreza extrema, desnutrición y mortalidad infantil y mejoras en la igualdad de género, educación primaria y acceso a servicios sanitarios y agua potable. En América Latina este avance fue sobresaliente (ver).
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Tras los ODM se lanzaron los Objetivos de Desarrollo Sustentable (ODS) y se pasó de 8 objetivos y 21 metas a 17 objetivos y 169 metas. De esta forma, los ODS constituyen el plan de desarrollo más ambicioso, diverso y global en la historia mundial (más).
A diferencia de los ODM, los ODS fueron creados de forma abierta y transparente con la participación de los gobiernos nacionales, distintas organizaciones internacionales y la sociedad civil. Además, mientras los ODM fueron diseñados por naciones desarrolladas para países en desarrollo; los ODS son para tanto naciones ricas como pobres.
Esto lleva a que haya optimismo con estas nuevas metas. Los ODS quieren construirse sobre el éxito que tuvieron los ODM, corrigiendo sus errores para lograr mucho más. Sin embargo, existen algunas dificultades que generan varias dudas y amenazan con minar este esfuerzo.
Extensión de los objetivos de desarrollo sostenible
Para empezar, una de las dificultades los ODS son la extensión de sus objetivos y metas. Cuando se habla de 169 metas enmarcadas en 17 objetivos es difícil pensar que se le va prestar atención a todos los desafíos de la misma forma. Para muchos esto ya es simplemente una lista de deseos.
Hay muchos objetivos y pocos años. Hay más ODS que años para completarlos ¿Si hay tiempo para tantas metas? También abarcan temas muy diversos que dispersan los esfuerzos, los ODS van desde acabar con la pobreza extrema hasta proteger de forma sostenible los ecosistemas marinos y costeros.
La responsabilidad de cumplir los objetivos
Otra dificultad es que los ODS no contemplan mecanismos para seguir y responsabilizar a los gobiernos del cumplimiento de las metas. Los gobiernos no tienen que rendir cuentas. Además debido a la extensión de los ODS los gobiernos se pueden confundir entre tanta metas y objetivos. Esto es especialmente preocupante en los países pobres donde las instituciones son muy débiles.
Igualmente para completar los ODS se deben alcanzar acuerdos entre los diferentes actores de la sociedad. Va a ser necesario un trabajo conjunto sin precedentes de los gobiernos, las instituciones privadas y la ciudadanía en general. Más que nunca se van a necesitar grandes inversiones tanto del sector privado como del público que vayan en concordancia con el interés público a nivel global.
A pesar de los problemas que tienen los ODS, es seguro decir que es mejor tener un plan imperfecto que no tenerlo. Los ODS, con las dificultades que tienen, sirven para enfocar la atención de la comunidad internacional y avanzar en la agenda de desarrollo. Entidades como la ONU, el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y distintas ONG van a actuar guiados por estos objetivos.
Los ODS son una gran oportunidad para operativizar las acciones que se necesitan para lograr un mundo mejor. Deben ser vistos junto a los objetivos del milenio como el punto de partida de los planes globales de desarrollo.
Lo más seguro es que no se logren varias metas estipuladas en los ODS, sin embargo siguen valiendo la pena. Como dicen, es mejor pájaro en mano que mil volando.
Fuentes:
OECD
The conversation
Devex
Intpolicydigest
Los17ODS
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