Una última alarma ecológica ha asaltado a las redes recientemente, el exceso de plástico en el mundo es tan grande que podría cubrirse por completo un país como Argentina. Otra forma de calcular este enorme tsunami de plástico que contamina océanos y continentes por igual es multiplicar por 25.000 el peso del emblemático edificio neoyorkino Empire State y así obtendremos los 8,300 millones de toneladas de plástico que el hombre ha producido en los últimos 65 años y que, por lo tanto, siguen en alguna parte de este planeta.
Table de contenidos
Pero como sabemos, este no es el único desastre ecológico al que el hombre tiene que enfrentarse. Los cada vez más reducidos espacios verdes que limitan la vida salvaje poniendo en peligro de extinción a animales como la jirafa, el último gran mamífero en entrar en esta temible lista, o la polución de los aires y su efecto invernadero, que hace aumentar sin control la temperatura del planeta, son algunos otros de los muchos problemas medioambientales que existen.
Para revertir estos desastres son muchas son las propuestas y las estrategias a seguir, aunque sigue faltando la voluntad, el principal motor que debe de nacer de las propias personas para que todo este desastre comience a solucionarse.
De entre las propuestas por un futuro mejor, la que más alcance y repercusión está teniendo nace a partir del concepto de desarrollo sustentable, en el que se desarrolla un plan estratégico, una acción concertada, entre las naciones para proyectar e impulsar un modelo de crecimiento económico que respete y promueva la conservación del medioambiente y el equilibrio social.
Entender el desarrollo sustentable
Una vez que entendemos que debemos buscar una alternativa al sistema económico en el que vivimos, basado en la sobrexplotación de los recursos naturales, el consumo masivo y el beneficio económico como único objetivo, que está socavando a marchas forzadas la energía vital de un mundo limitado, como es La Tierra, se impone la idea de la necesidad urgente de crear un desarrollo real, pero que a su vez permita mejorar la calidad de vida de sus habitantes, ya sean estos humanos, animales o plantas, que sea compatible con una explotación racional, es decir, que se repueble o renueve al mismo tiempo que se utiliza y explotan los recursos y que, por supuesto, cuide el medioambiente.
En este marco nace el concepto de desarrollo sustentable, cuya definición más acertada es; «el desarrollo que asegura las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las futuras generaciones para enfrentarse a sus propias necesidades». Para profundizar, en este artículo de Gestion.org vemos qué significa realmente y por qué las empresas de todo el mundo deben tener en cuenta este concepto.
Baste señalar que con este tipo de desarrollo se tiene que conseguir al mismo tiempo satisfacer las necesidades del presente, al provocar una actividad económica que sea capaz de aportar los bienes que necesita la población mundial, y al mismo tiempo tener en consideración satisfacer las necesidades de las sociedades del futuro, con estrategias que reduzcan hasta cero los estragos de una actividad económica consumista y generadora de residuos y contaminación.
Para cumplir con estas expectativas se necesitan proyectos empresariales que actúen ahora en previsión de las necesidades futuras. En el siguiente enlace puedes ver algunos ejemplos de proyectos que se llevan a cabo siguiendo estas características de respeto al medioambiente y justicia social.
Características que definen al desarrollo sustentable
Para que podamos participar o crear un proyecto empresarial que pueda definirse de autosustentable debe incluir, en primer lugar, la búsqueda incesante de la mejor manera para que la actividad económica realice sus funciones, pero mantenga o mejore, y nunca deteriore, el medioambiente.
Así mismo se deberá asegurar que la actividad económica mejore la calidad de vida de todos los habitantes de La Tierra, que usa los recursos naturales de forma eficiente, que promueve el máximo el reciclaje y reutilización de los materiales, que desarrolla e implementa las tecnologías llamadas verdes o limpias, hace lo posible por restaurar los ecosistemas dañados, promueve la autosuficiencia, ya sea local o regional, y reconoce y expande la importancia de la naturaleza en el bienestar de las sociedades humanas.
En este sentido, cabe hacer especial énfasis en el papel de la educación en este tema, ya que son las generaciones futuras las que deben mantener y desarrollar aún más estas ideas para que se asienten en la comunidad global como un nuevo paradigma, en el que la riqueza se distribuya equitativamente con un respeto total hacia la naturaleza, que ejerce de principal eje motor de los procesos productivos.
Se hace necesario por tanto un cambio en la conciencia humana, que debe de partir de la educación más básica, realizando un cambio en las relaciones entre el hombre y la naturaleza, dando carpetazo a las viejas y obsoletas ideas de que el hombre moderno se encuentra más allá del alcance de las leyes naturales, que el éxito y para lo que estamos destinados depende del dominio y control de la naturaleza, y la ridícula creencia de que la Tierra posee una cantidad ilimitada de recursos y todos a disposición del hombre.
En definitiva, los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), conocidos también bajo el nombre de Objetivos Mundiales, debido a su tremenda importancia, quieren ser un llamado universal para adoptar ya las medidas oportunas que pongan fin definitivamente a los grandes problemas presentes y futuros, como el de la pobreza, así como proteger el planeta y garantizar que todas las personas gocen de paz y prosperidad.
Deja una respuesta